LA LORA
…”porque ves allí, amigo Sancho Panza, donde se descubren
treinta o poco más, desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla”
Y ahí estaban, al comienzo del gran páramo castellano,
inseparables como una duda, imparables como una marea, solos en el desierto de
la multitud de las nubes…
Esculpiendo el aire con sus largos brazos, hora tras horas,
día tras días, el interminable lamento de sus zumbidos…
·.
ResponderEliminarUn magnífico e impresionante paisaje. Esa alineación perfecta quisiera Don Alonso Quijano para sus molinos. Todos juntos pareciéndole uno hubiesen sido enemigos menores.
Dado el encuadre, a esa foto le hubiera sentado muy bien un formato 1x1
Un abrazo Roberto
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LaMiradaAusente · & · CristalRasgado
Pues yo me sé de uno que corrió por esos campos y a fe de que moler nada muelen si acaso del viento degeneran otros aires de cambios que si aquél y su acompañante hubieren tenido cuchilla y espuma, hoy hubieren llevado, como las palabras, una maquinilla Braun como hace un amigo que los cuida y trata anticorrosivamente.
ResponderEliminarY es que ni vuelan, ni muelan, ni molan, por muy limpiamente que lo hagan.
Las noches en vela, o toledanas, por zumbidos; las noches iluminadas por sus intermitencias, los días aburridos de tanto giro que ha dado el consumo y desaforado y sin antes desafueros.
No hay derecho, ninguno, dijo el ave.
Menudo pájaro, que ahí quien gana es Jetafe y el Beluga, más que nadie...
Hala, para ambos, una palada de codazos
Impecable
ResponderEliminarTe has lucido