TOUAREG
¿La sonrisa de aquel desconocido ocultaba una proposición?
Su dentadura, con más teclas que un piano, sostenía los defectos de una desmesurada ingesta de tes morunos, excesivamente azucarados.
Al atardecer se quitaba su largo turbante y enseriándosele el rostro mostraba su escasa cabellera cara a la Meca.
¡Hace falta toda clase de gentes para hacer un mundo!
·.
ResponderEliminarSu sonrisa era una proposición contínua. Especialmente en los múltiple tés camino de Erg Chebi, por ejemplo.
Bonita comparación, y muy acertada... más teclas que un piano.
Si tú recuerdas raquetas yo recuerdo arena, y todo habrá de llegar.
Un abrazo... y a cuidarse !
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LaMiradaAusente · & · CristalRasgado
Es turbador esconder tan poco dentro de ese turbante; pero más turbador es esa dura dentadura
ResponderEliminarYa lo dice el reflán: "A más turbante regalado, el te no lo sostengas ni de lejos la ceca"
Hala, pa ambos; dejaos de tontás y quedaos por casa...
Cuidaos, cuídense
:)P´
Y por cierto, Bayaceto, revise en el blog su "CONFIGURACIÓN" y vaya a "Lo Básico" y luego al HTTPS y pulse "Sí" para cambiar el sistema antiguo de "http" por el actualizado HTTPS.
ResponderEliminarEl blog no se resiente, pero todos los lectores y visitadores o visitadoras y Pantaleón, se lo agradecerán un güevo, porque lo leeremos sin el lema que nos aparece: No es seguro...
NI se pierde nada, nada
Salú :I´
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EliminarLa dentadura lo hace my reconocible, lleve el turbante puesto o no lo lleve.
ResponderEliminarMuy buen retrato.