Nos asomábamos a este balcón tumbados y permanecíamos así, como gárgolas, mirando el paisaje. Tenía una belleza descalabrante. El estómago estaba anudado y el ánimo enjambraba pesares. Daban ganas de volar, pero la fuerza del aire nos batía el pelo y nos volvía los ojos como clavos. No había forma de llorar.
· Una vista impresionante. Casi parece una maqueta.
El texto de compañía es el adecuado, brillante, lleno de bellas figuras. Deber ser fantástico el asomarse a ese mirador.
· Salud·os
CR ··· & ··· LMA
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